Málaga, España, 11 de diciembre de 1831 a las once y media de la mañana fusilaban al General José María de Torrijos y Uriarte y a 48 de sus compañeros, pero eso es solo la consecuencia del contexto histórico, político y social que acontecía.
Torrijos combatió en la Guerra de
la Independencia española pero, tras la restauración del sistema absolutista
(1814) por Fernando VII, participó en el pronunciamiento de Juan van Halen en
1817. Tras este fue apresado y estuvo dos años en prisión hasta que se produjo
el pronunciamiento de Riego en 1820.
Tras su excarcelación, durante el
Trienio Liberal (1820-1823), ocupó puestos como capitán general de Valencia, mariscal de
campo y ministro de la Guerra.
En 1823 combatió en la invasión francesa de los Cien Mil Hijos de San Luis en
España y finalmente, tras la victoria de los absolutistas, se exilió a
Inglaterra.
Desde allí decidió planear un
pronunciamiento, el cual, él mismo iba a encabezar y cuya victoria fue
asegurada por el gobernador civil de Málaga, Vicente González Moreno, bajo el
seudónimo de Viriato.
El día dos de diciembre del año 1831 desembarcó en la
costa de Málaga, en la playa de El Charcón, procedente de Gibraltar con sesenta
hombres. El día cinco, cercados en Alhaurín de la Torre, Torrijos decidió pactar
una rendición engañado por Vicente G., el cual se piensa que le podría haber
comentado la idea de trasladarlos a Málaga y hacer allí un levantamiento.
Cuando sus compañeros fueron
ingresados en la cárcel pública y él llegó a la Plaza de las Cuatro Calles,
actual Plaza de la Constitución, descubrió la traición y fue ingresado en un
calabozo del Cuartel de Mundo Nuevo.
La tarde del diez de diciembre se
les trasladó al Convento de San Andrés donde se les leyó la sentencia de muerte
ya firmada por el rey.
A la mañana siguiente, 11 de
diciembre de 1831, a los cuarenta años fue ejecutado Torrijos, de un solo
proyectil que le entró por debajo de la sien, un tiro muy preciso para los
jovencísimos soldados de Soria, por lo que se puede pensar que pudo ser
ejecutado con un tiro de gracia.
De manera póstuma se le concedió el
título de Conde de Torrijos.
La propia esposa del general, Luisa
Sáenz, escribió la vida y muerte de su marido, dejando el mejor testimonio de
la libertad y la lucha revolucionaria.
Llegaron al sitio fatal. La
tiranía, bajamente envidiosa y cobardemente avara de toda gloria para con su
víctima, no le permitió mandar el fuego y recibir las cargas sin vendarle los
ojos, única gracia que mi esposo se había permitido pedir. Se manifestó urbanamente
agradecido a su confesor, dio a conocer su satisfacción por la conformidad y
entereza de sus compañeros, y saludando con estos el objeto de todos sus afanes
y la causa que le había empeñado en este sacrificio, con un enérgico "Viva
la libertad", cayó mi esposo y cayeron todos sus compañeros a los mortales
rayos lanzados a la voz de la perfidia, por orden de la airada y sangrienta
tiranía.
Tras la muerte del general sus
restos y los de sus compañeros fueron depositados en el cementerio de San
Miguel.
En el año 1842 se construye un
obelisco en la Plaza de la Merced, la entonces llamada Plaza de Riego,
conmemorando la acción heroica del general y sus 48 compañeros.
Se decide colocar allí, y no
finalmente en la playa como pedían, ya que la plaza estaba asociada por Riego
al movimiento liberal.
Diseñado por el arquitecto municipal Rafael Mitjana y Ardison, está considerado como el monumento civil urbano más importante y característico de la Málaga del siglo XIX.
El cenotafio a Torrijos consta de una cripta, en la que reposan los cuerpos del general y sus compañeros, sobre la que se alzan tres basamentos de piedra superpuestos.
El basamento inferior, que actúa como base no tiene decoración.
El cuerpo central, coronado en sus aristas con cuatro mensulones de bronce, soporta cuatro planchas con la dedicación del pueblo.
El basamento superior, más esbelto, muestra las cuatro planchas con los nombres de los fallecidos.
Sobre estos basamentos descansa el obelisco, una forma piramidal muy esbelta y estilizada, formada por secciones en las que se disponen coronas de laurel en bronce entrelazadas.
Aunque Rafael Mitjana creó un programa decorativo algo más barroco, la decoración fue reducida eliminando algunos elementos del proyecto por problemas económicos.
Uno de los elementos que se cambió fue la escultura de la Fama y los trofeos militares que proyectó el arquitecto inicialmente. Esta escultura fue sustituida por una corona de laurel en broncAunque se creó el proyecto del cenotafio, el monumento quedó aislado en la plaza hasta que se reformó en 1858 con el proyecto de José Trigueros.
La verja sobre pretil, de sencillas arcadas de piedra en los accesos, que rodea a este monumento, delimita una porción de terreno que fue otorgada por orden de la reina Isabel II a la soberanía francesa, para impedir que nadie pudiera acceder a los restos mortales del general José María de Torrijos y Uriarte. Finalmente el estado francés devuelve cierta potestad sobre el monumento en 1978.
Poema de José Espronceda ante el deceso del General
A la muerte de Torrijos y sus compañeros
Helos allí: junto a la mar bravía
Cadáveres están ¡ay! los que fueron
Honra del libre, y con su muerte dieron
Almas al cielo, a España nombradía.
Ansia de patria y libertad henchía
Sus nobles pechos que jamás temieron,
Y las costas de Málaga los vieron
Cual sol de gloria en desdichado día.
Españoles, llorad; mas vuestro llanto
Lágrimas de dolor y sangre sean,
Sangre que ahogue a siervos y opresores,
Y los viles tiranos con espanto
Siempre delante amenazando vean
Alzarse sus espectros vengadores.
En mi cuenta de Pinterest podéis encontrar más imágenes sobre el monumento.
Buenos días. ¿De dónde extraes el dato de que Francia devuelve la titularidad del terreno del monumento de La Merced en 1978? Gracias de antemano.
ResponderEliminarEfectivamente, como menciono en el post, el monumento sigue rigiéndose bajo la soberanía francesa, la cual era absoluta hasta 1978, cuando el estado francés delega las competencias del monumento, algo así como su "guarda y custodia", pero sin renunciar a la soberanía sobre el terreno.
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